16 de Julho, 2004 Carlos Esperança
Maus, porcos e santos
Se um presidente condecora um patife é insensato, se um papa canoniza um facínora é piedoso.
João Paulo II levou longe de mais a glorificação aos corsários da fé. Desde a beatificação do cardeal fascista Stepinac e do papa anti-semita Pio IX, até ao tenebroso S. Josemaria Escrivá de Balaguer, são incontáveis os biltres que escaparam à justiça dos homens e foram arremessados aos altares pelo fanatismo de JP2.
Pelo carácter perigoso e prosélito da seita Opus Dei, cujos gerentes estão a ser sucessivamente canonizados, convém não deixar esquecer o fundador.
A respeito desse cúmplice da mais sinistra ditadura da Europa Ocidental, do século que passou, deixo aqui a carta piedosa que escreveu ao ditador Franco, um dos mais pusilânimes e frios assassinos dos tempos modernos, admirador e cúmplice de Hitler.
A carta do santo da ICAR ao santo do fascismo fui buscá-la ao «Oeste Bravio» :
Carta de São Escrivá de Balaguer ao Generalíssimo Franco em 23 de Maio de 1958. (Publicada en la revista Razón Española – N° enero-febrero 2001)
Al Excmo. Sr. D. Francisco Franco Bahamonde, Jefe del Estado Español.
Excelencia,
No quiero dejar de unir a las muchas felicitaciones que habría recibido, con motivo de la promulgación de los Principios Fundamentales, la mía personal más sincera.La obligada ausencia de la Patria en servicio de Dios y de las almas, lejos de debilitar mi amor a España, ha venido, si cabe, a acrecentarlo. Con la perspectiva que se adquiere en esta Roma Eterna he podido ver mejor que nunca la hermosura de esa hija predilecta de la Iglesia que es mi Patria, de la que el Señor se ha servido en tantas ocasiones como instrumento para la defensa y propagación de la Santa Fe Católica en el mundo.Aunque apartado de toda actividad política, no he podido por menos de alegrarme, como sacerdote y como español, de que la voz autorizada del Jefe del Estado proclame que “la Nación española considera como timbre de honor el acatamiento a la Ley de Dios, según la doctrina de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única y verdadera y Fe inseparable de la conciencia nacional que inspirará su legislación”. En la fidelidad a la tradición católica de nuestro pueblo se encontrará siempre, junto con la bendición divina para las personas constituídas en autoridad, la mejor garantía de acierto en los actos de gobierno, y en la seguridad de una justa y duradera paz en el seno de la comunidad nacional.Pido a Dios Nuestro Señor que colme a Vuestra Excelencia de toda suerte de venturas y le depare gracia abundante en el desempeño de la alta misión que tiene confiada.Reciba, Excelencia, el testimonio de mi consideración personal más distinguida con la seguridad de mis oraciones para toda su familia.De Vuestra Excelencia affmo. in DominoJosemaría Escrivá de BalaguerRoma, 23 de mayo de 1958.
Nota de la revista: El original de esta carta lo posee la hija del Generalísimo, Duquesa de Franco.
Mais estulto do que acreditar em milagres é confiar em quem os aprova.